¿Sabes que es la economía circular?

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¿Cómo aprovechamos de mejor manera los recursos naturales? ¿Cómo podemos revertir el cambio climático? ¿La economía puede ayudarnos a combatir la contaminación?

Residuos: una problemática actual

En el siglo XXI la acumulación de residuos y cómo tratarla se ha vuelto en muchos países una problemática a resolver. El cuidado del medio ambiente resulta de interés público. Muchos países se reúnen desde hace años en torno al problema de los residuos generados por las poblaciones y buscan soluciones a corto y largo plazo.

La conciencia acerca del cuidado de nuestro planeta se ve reflejada en muchas formas de ecología y ambientalismo. Hoy en día contamos con herramientas para generar un ambiente con un correcto tratamiento en materia de residuos. Mucho de lo que descartamos como material residual puede reciclarse.

Esto significa que gran parte de este material puede reutilizarse a través de determinados procedimientos para transformarse en un nuevo material o producto de uso específico. La innovación y la creatividad han sumado productos jamás pensados, gracias a esto podemos encontrar desde lentes hechos con tapitas de plástico, calzado de papel reciclado, indumentaria, muebles, etc.

Residuos en casa ¿qué podemos reciclar?

Los residuos se pueden clasificar según su composición para luego ser reciclados ya sea en procesos domésticos o en procesos industriales. El reciclaje comprende tanto residuos orgánicos como inorgánicos. Los materiales que generamos en casa más frecuentes son los residuos de verduras, cáscaras de huevo, yerba mate, frutas, etc. Estos pueden compostarse a través de un proceso biológico de oxidación para crear un poderoso fertilizante natural. Mientras que, el vidrio, el papel, el plástico y ciertos metales como el aluminio son materiales que se reciclan muchas veces en procesos controlados por una planta de tratamiento de residuos y reciclaje. En la mayoría de las ciudades hay contenedores con información detallada de la importancia de separar y clasificar residuos.

Hay una conciencia colectiva en desarrollo acerca de la importancia de cuidar los ecosistemas. Con el auge de las comunicaciones, redes sociales e internet nos han presentado diversas formas de reciclar.

La -cultura del reciclaje- comprende hábitos necesarios para transformar un material descartado en un nuevo producto o materia prima. Estos se extienden desde los residuos más cotidianos hasta aquellos que genera la industria. La cultura del reciclaje crece y transforma positivamente a las comunidades y ayuda a combatir la contaminación ambiental.

Reciclaje más allá del hogar

Las empresas que llevan a cabo procedimientos de reciclaje a nivel industrial lo hacen de manera específica. Ya que estos reciclajes tienen metodologías y objetivos que demandan un estudio particular del material a transformar. Las plantas que reciclan materiales más duros o residuos del tipo electrónico (RAEEE) tienen que llevar a cabo complejos procesos de reciclado.

La contaminación por materiales electrónicos está en permanente aumento dado que las tecnologías de uso frecuente se van actualizando constantemente. Hace veinte años adquirir un teléfono móvil significaba invertir en comunicación para cinco años como mínimo. Hoy los smartphone se van suplantando por modelos mejorados y el promedio de uso es mucho menor a cinco años. Esto genera gran cantidad de residuos electrónicos que necesitan un tratamiento específico para ser reciclado y transformarse en un nuevo producto o material.

Las personas no tienen mucha conciencia acerca de los materiales de los AEE (aparatos eléctricos y electrónicos), suponen que desechar plástico, circuitos, baterías, cables, etc, no requiere de un debido tratamiento como residuo.

Muchas empresas han ejecutado procesos de reciclaje y han llegado a capitalizar sus métodos para generar ganancias a partir de transformar desechos en materiales o productos nuevos.

¿Podemos reutilizar productos ya desechados?

La respuesta es sí, de hecho, lo hacemos desde hace tiempo. Reutilizamos productos que ya fueron fabricados y que quedaron en desuso por otro usuario, o que en una situación determinada tienen un nuevo uso. Algunas partes pueden ser reutilizables también.

Es importante destacar que lo hacemos con productos no orgánicos, fabricados ya sea en forma artesanal o industrial. Muebles, indumentaria, calzado, utensilios de cocina, envases; objetos de madera, metal, pvc, vidrio, etc. Aprendemos a reutilizar cuando hallamos un producto que pueda satisfacer una necesidad. Ayuda a frenar el consumo impulsivo y la acumulación.

Las empresas también reutilizan materiales y pueden generar productos con mayor durabilidad para su posterior reutilización. La relación entre empresas y consumidores de productos se vuelve en este punto un foco importante en economía sustentable. Dado que muchas corporaciones aún no han podido pensar modelos de gestión y producción más saludables para el planeta. Siguen apostando al modelo acumulativo que busca reemplazar y descartar. Esto se ve claramente con la tecnología y la producción cada vez más alta de residuos electrónicos. La responsabilidad en los roles de empresa que produce y consumidor que usa debe re-pensarse. A partir de un modelo de economía circular a fin de generar un consumo más amigable con el medio ambiente.

Reciclar: ¿Hacia una nueva evolución económica?

En una economía circular todos los agentes involucrados deben comprometerse con la tarea ambiental. En la naturaleza esto equivale a todos los seres vivos que existen sobre el planeta. En el paradigma circular los agentes son: estado, empresas y ciudadanos. Los países a través de sus gobiernos deben generar políticas que promuevan, favorezcan y determinen un hábitat propicio no sólo para los seres humanos sino para su flora y fauna. Las empresas deben respetar y ejecutar con la máxima calidad las legislaciones que protegen el medio ambiente, promoviendo también en su tarea acciones que mejoren dichas leyes. Los ciudadanos en este círculo vital deben tomar conciencia y accionar en pos de reducir la contaminación.

La naturaleza como gestora de los recursos ambientales y de la vida nos enseña su gran capacidad de transformar. Reciclar significa justamente transformar algo que ya conocemos en algo nuevo. Es un momento crucial para nuestro planeta y por lo tanto necesitamos cambios a gran escala que generen una economía con responsabilidad ambiental. Un modelo económico que sepa reciclarse para mejorar la calidad de vida de quienes habitamos el planeta.

La economía tal cual la conocemos hoy en día tiene el poder de transformar hábitos y costumbres. Ha generado contaminación, deforestación, desabastecimiento, desigualdad, explotación excesiva en cuanto a recursos naturales no renovables. En síntesis, ha contribuido a una gestión del planeta ferozmente destructiva.

El paradigma económico lineal está en crisis y el modelo de economía circular se construye para beneficiar en el presente al planeta y mejorar el futuro de todas nuestras generaciones.

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